Desde la última festividad del Corpus Christi, de este año, al recoger el palio, descubrimos de una forma directa e inmediata, que necesitaba una buena reparación. El paso del tiempo, el desgaste de los dobleces había ido haciendo huella en la seda blanca, con bordados de rosas a mano. Yodo un trabajo de artesanía, que en la actualidad casi no es posible realizar. Por eso pensamos en reformarlo en nuestro taller. Habría que descoser a mano, puntada a puntada, todo alrededor. Cambiarle el forro, colocar uno de más cuerpo y mayor intensidad de color y ajustar luego el resto de flecos.
Después de unos meses de espera, se ha visto realizada esa tarea por mano de las señoras que habitualmente colaboran en las diversas tareas de la Parroquia, desde la limpieza, a la decoración y la liturgia. Dejamos las fotos para que se compruebe su quehacer artístico laborioso.
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